Sentir, no comprender

             El mensaje principal que nos lega el proceso de limpieza emocional es: HAY QUE SENTIR PARA SANAR. En las 5 anteriores sesiones se nos proveyó de un proceso que nos permitió descubrir y nombrar nuestros estados emocionales disfuncionales, reconocerles como presentes desde la infancia, e integrarlos mediante la atención compasiva y la respiración.
            A partir de la 7ª sesión todas nuestra labor de integración emocional en el viaje al origen, se realiza sin intervención de la mente. Cualquier emoción o estado emocional complejo, se acepta sin juicio ni análisis y se integra mediante la atención y la intención compasivas, ayudándose de la respiración y de nuestras afirmaciones.
            De la 7ª a la 9ª sesión, éstas comienzan con una inmersión en agua tibia de unos 20 minutos de duración procedidas de la meditación diaria.
            ¿Por qué en agua tibia?. Somos 2/3 partes agua. El agua ha estado siempre y en todas las tradiciones asociadas al mundo emocional, pero, sobretodo, es porque nuestra formación como embrión se realizó en agua
– líquido amniótico- a unos 36 grados de temperatura. Es, por tanto, adecuado realizar esa inmersión para activar memorias aún más profundas residentes en nuestras células e incluso moleculas.
           La inmersión en agua nos hace más sensibles a SENTIR emociones y estados emocionales, condición sine quanon para sanar e integrar esos estados tóxicos.

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